RETRASO DEL LENGUAJE, VALORACIÓN Y TRATAMIENTO

Se llama retraso del lenguaje a la no aparición del mismo a la edad en que normalmente se presenta, así como la permanencia de unos patrones lingüísticos que serían típicos de niños de menos edad más allá de lo normal.
Recordemos que el lenguaje es la capacidad de poder intercambiar información más compleja y abstracta mediante un código de signos.

No obstante, en el retraso del lenguaje no se dan, de forma clara y continua, los distintos grados basados en las relaciones entre causas, síntomas, formas clínicas y tratamiento.
A continuación hablaremos de síntomas específicos, factores causales, valoración y tratamiento del retraso del lenguaje.
Diferenciamos tres niveles de gravedad, con distintos síntomas, cuyos límites son difusos y dependen, además de los síntomas, de la edad del niño:

Retraso leve del lenguaje

Lo que más llama la atención son las diferentes sustituciones que realiza el niño para cambiar unos sonidos que le resultan difíciles de pronunciar, por otros que le son más fáciles (por ejemplo, en lugar de “cara” decir “cada” o cambiar “fuego” por “fuebo”). A estos cambios se les conoce como procesos fonológicos de simplificación.
Su nivel semántico es ligeramente más escaso que en los niños que no tienen retraso del lenguaje. Su comprensión, por otro lado, parece normal.
El desarrollo morfosintáctico se encuentra a nivel normal; sus emisiones se suelen entender perfectamente.
A nivel pragmático no se advierten distorsiones ni dificultades especiales.

Retraso moderado del lenguaje

los procesos fonológicos de simplificación son más evidentes y numerosos.
La pobreza de vocabulario expresivo a nivel semántico ya es notoria: nombran objetos familares, pero desconocen el nombre de objetos y conceptos conocidos por niños de su edad. La comprensión parece mucho mayor, si bien ésta suele ser en el entorno más cercano y familiar del niño.
A nivel morfosintáctico, están presentes las interrogaciones, negaciones…, mientras que en los signos de categoría nominal (género y número) y verbal (morfemas de tiempo…) es donde se aprecia el déficit. No obstante, donde más se aprecia el retraso es la distorsión de artículos, escasas preposiciones, elaboración de una estructura de frase simple…
En la pragmática existen abundantes órdenes y “gestos verbales” de llamada de atención; poca iniciativa y escasas formas sociales de iniciación de conversaciones, las cuales son entrecortadas.

Retraso grave del lenguaje

Los patrones fonológicos de estos niños se ven reducidos a un repertorio mínimo de consonantes (/m/, /p/, /t/, /n/), de vocales (/i/, /u/, /a/), estructura de palabra CV (Consonante+Vocal, por ejemplo /ma/) y CVCV (por ejemplo /mama/). La comprensión, por tanto, es difícil si no es mediante el contexto. El área del significado es pequeña en cantidad y calidad.

Su sintaxis es similar a la de las etapas muy primitivas: palabras que funcionan como palabras (holofrases), habla telegráfica (zapato nene, pelota grande)...

Desde el punto de vista pragmático se percibe una conversación egocéntrica. Se debe interpretar por el contexto, ya que no hay recursos apropiados.
Puede que sea difícil asignar a un niño con retraso del lenguaje a una u otra categoría, pero su uso para hacerse una idea del pronóstico es evidente.

Posibles causas del retraso del lenguaje

Aunque en el retraso del lenguaje hay una aparente ausencia de causas, deben existir condiciones, bien del propio niño, bien de la situación en la que el aprendizaje del lenguaje se produce, que sean distintas a las dadas en la adquisición normal.
- Factores neurobiológicos: factores genéticos, síndromes de disfunción cerebral, agresiones perinatales, pérdidas auditivas por otitis en el oído medio entre los dos y cuatro años…
- Factores cognitivos: en estos niños, desde el punto de vista general, no se dan perturbaciones en el desarrollo intelectual.
- Factores motores: en la emisión del lenguaje debe darse una gran agilidad de los órganos fonoarticulatorios (boca, lengua…). Una ejercitación incorrecta dificulta este aprendizaje.
- Factores psicosocioafectivos: aquí se incluyen las relaciones afectivas con los padres, nivel cultural del medio, personalidad del niño, bilingüismo mal integrado, celos con un hermano menor, actitud sobreprotectora de los padres…

Valoración

Al evaluar el lenguaje, tenemos en cuenta que está compuesto por tres dimensiones, las cuales serán objeto de estudio: 
- La forma (cómo se dice un mensaje hablado; incluimos el nivel fonético-fonológico y el nivel morfosintáctico), 
- El contenido (qué se dice; lo constituye el nivel léxicosemántico) 
- El uso(qué utilización se da del lenguaje, en un contexto y con unos fines determinados; aquí incluimos el nivel pragmático).

Nivel fonético-fonológico: al hablar de fonética nos referimos a los sonidos como tal, mientras que la fonología estudia los fonemas. Parecen la misma cosa, pero no es así; por ejemplo, con las palabras “cama” y “casa”, la fonética se encargaría de todos los sonidos que al unir y articular correctamente forman cada palabra, y la fonología se fijaría en los fonemas por su valor como elementos que nos permiten diferenciar una palabra de la otra.

Nivel morfosintáctico: hace referencia a la gramática o estructura del lenguaje, es decir, el orden en que las diferentes partes del habla se presentan en una oración. Su función primordial es combinar las palabras de una determinada lengua para formar oraciones. En su nivel más simple, las oraciones se componen de sujeto, verbo y predicado.

Nivel léxico-semántico: hace referencia al significado de lo que se dice. Las unidades de este nivel son las palabras y los morfemas (pequeñas partículas incluidas en muchas palabras, que aisladas no significan nada pero que unidas a una raíz hacen que el enunciado proporcione una u otra información; por ejemplo, la palabra “casita” significa una casa pequeña, y es producto de la unión de la raíz “casa” y del morfema “-ita” que significa pequeño, aunque si utilizamos únicamente “-ita” no estamos diciendo nada). Aquí también incluiríamos el vocabulario o léxico.

Nivel pragmático: hace referencia al uso social e interactivo del lenguaje. Es la comunicación de la vida real. Se trata de un aspecto muy importante porque, en definitiva, es lo que hace que una persona utilice el lenguaje adecuadamente para comunicarse con el resto de la gente mediante la conversación. Comprende numerosos aspectos como son el uso de los gestos en la comunicación, la expresión facial, el contacto ocular, el propósito de la conversación…

Tratamiento del retraso del lenguaje

El tratamiento irá enfocado tanto al niño como a sus padres ya que en ocasiones es preciso modificar ciertas actitudes (sobreprotección, poca estimulación…) y enseñar técnicas que ayuden a estimular el lenguaje en su hijo.

Se aconseja iniciar la reeducación logopédica lo más pronto posible, ya que está demostrado que si existe retraso temprano se mostrará retraso del lenguaje posteriormente, junto con dificultades de socialización.

Hay que tener en cuenta además, que los niños con retraso del lenguaje son mucho más susceptibles de tener dificultades en el aprendizaje de la lectura y escritura. Esta situación de riesgo es tanto mayor cuanto mayor sea el niño.

Conclusión

El retraso del lenguaje es una acronopatía; es decir un desfase entre el lenguaje del niño y su edad real. Dependiendo de los componentes que estén afectados será un retraso del lenguaje leve, moderado o grave. Así mismo, es aconsejable comenzar tratamiento lo antes posible, tanto de forma directa con el niño como dando pautas a sus padres.

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