¿QUÉ ES EL MUTISMO SELECTIVO?
Es la dificultad o incapacidad que presentan algunos niñ@s para comunicarse verbalmente en entornos y situaciones sociales poco familiares y/o con personas poco conocidas.
Los niñ@s con mutismo selectivo tienen una competencia lingüística y comunicativa adecuada para su edad, y por otra, que esta buena competencia se manifiesta habitualmente en el entorno familiar próximo pero no se manifiesta en otros ambientes y con otras personas menos conocidas.
Por lo tanto, su característica principal es la inhibición persistente del habla en situaciones sociales específicas.
¿CUANDO SE INICIA?
RASGOS CARACTERÍSTICOS
personalidad característicos como timidez, retraimiento social, dependencia, perfeccionismo… que, en el caso de concurrir en el alumno/a, pueden agravar el problema o contribuir a su consolidación.
¿CÓMO SABER SI ES UN MUTISMO SELECTIVO?
Para discriminar el mutismo de otros trastornos o problemas de comunicación y lenguaje es preciso disponer de criterios e indicadores claros, de procedimientos de valoración eficaces y de instrumentos de medida fiables.
Aqui les comparto a modo informativo una pequeña guía de valoración.
CRITERIOS DE VALORACIÓN
Existirá sospecha de mutismo selectivo cuando:
a) En los dos primeros bloques (expresión verbal y comunicación), se hayan marcado, en cada uno de ellos, al menos cuatro ítems
b) En el tercer bloque (aprendizaje) se haya marcado, por lo menos, uno de los ítems.
El apartado de Otras conductas, no es determinante, aunque aporta información complementaria.
INTERVENCIÓN
La intervención debe centrarse en diferentes aspectos. No solo hay que trabajar con el niño, sino que debemos dar pautas para informar y formar a los padres, así mismo con la escuela, para que tengan en cuenta su dificultad y que no repercuta negativamente en su nivel académico.
Esta inhibición del habla raramente remite de forma espontánea y puede prolongarse durante muchos años si no se interviene.
El mutismo selectivo conlleva altos niveles de sufrimiento personal, y tiene como consecuencia importantes problemas de adaptación al entorno. Puede mediatizar el desarrollo afectivo-emocional y repercutir negativamente (siempre en función de su gravedad y del grado de generalización del rechazo a hablar) en el desarrollo social, personal y académico del niño.
Comentarios
Publicar un comentario